El escritor y su gato compartiendo soledades

El escritor y su gato compartiendo soledades
Los infiernos del escritor

martes, 27 de junio de 2017

LLanura y Empedrado - Poesía tradicionalista Argentina

LLANURA Y
EMPEDRADO

Pintura Gauchesca Autor Aldo Chiappe

Poesía criolla


 Índice
1-   Las cuitas de “El Faca” Godoy............ 3
2-   El hombre de puso enteco................... 78
3-   Entre pocillos........................................84
4-   Perdoname Buenos Aires.................... 97


LAS CUITAS DEL FACA GODOY

(Sudoeste de la Provincia de Buenos Aires – 1938-1943) 


“La tarde llegó cansada y se recostó enseguida en un crepúsculo de nubes blancas”      (Juan Filloy – La Potra – 1967)



“Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo” (Jorge Luis Borges – El Fin – Artificios – 1944 – Ficciones)


Índice

1- Intriga y destierro 
2- Entre sierras
3-    La caterva
4-    De regreso
5-    El legado
6-    Coloquio


Protagonistas

Anastasio Godoy Alias “El Faca” Cronista
El Chacho Peñalosa 
El Manco Paz 
San La Muerte
Don Nicanor
Don Nírido 
El Sargento

1- Intriga y destierro: Anastasio Godoy, “El Faca”, comienza el relato de su historia dando cuenta de un doble proceso migratorio sufrido por marcados desatinos propios. Conductas cándidas y ciertamente holgazanas le procuraron desventuras que lo encerraron en dilemas de compleja solución. La especulación sobre una habilidad muy menor transformada en mito a favor de funcionarios y caudillos inescrupulosos. La nobleza como final y correlato de un hombre que supo leer en dónde se ocultaba realmente la verdadera ignominia.


 Anastasio Godoy

Me permito en la ocasión 
ser cruel en la cortesía 
al pago y sus celosías
le concedo esta canción. 
Entre caña y buen tabaco 
vivo armando mis alforjas 
el sudor mi cuero moja 
de banales narraciones 
epitafios con olvidos 
amores y dilaciones.


El pueblo se me hizo cuesta 
exhumando sus tranqueras 
sus avaros maquillajes 
señuelos y morisquetas.
Quiso el mutismo nuboso 
de ocasos y sin sentido 
secundar entre dos tilos 
este triste sentimiento 
parcelando entre bordonas 
décimas y sufrimiento.

Viene justo a mi memoria
el día en que la querencia
indicó no sin vergüenza
pradera de convivencia.
Pensó uno con cordura
que dos manos de labor
encontrarían mesura
que sirvan de cometido
de vivir sin ser herido
en la artesana llanura.

Las historias y relatos
contadas por los coleros
suelen señalar la impronta
y el cumplido de los teros.
Más se me ocurre que usted
si escucha con atención
verá que no hay maldición
en mis dichos y decires
vertiendo sin intención
entre ocasos y confines.

La ley le puso valor
y precio a mi libertad
de nada sirvió jurar
por santos sin voluntad.
Un culpable funcional
es visto con buen agrado
cuando se quiere ocultar
la verdad y lo ocurrido
no existe mejor oyente
que un zote desconocido. 


En asuntos del amor
pequé por zonzo y dormido
las faldas y los rodetes
marcan cartas y caminos.
Por ser confiado y creído
amanecí con mantillas
pensando que era yo solo
el portador de su aliento
resulta que la mozuela
era mujer del Sargento.

El hombre se vino enteco 
cuando el cuento le llegó 
fue en legítima defensa 
pero nadie lo creyó.
Bebido y con mano alzada 
el subalterno arribó 
montado en un malacara 
que la viuda le cedió,
esa misma que no llora 
esa misma que engañó.

  
Me presenté ante la ley 
a contar lo sucedido 
salimos por el finado
a mi amparo empobrecido. 
Cetrino y sangrando estaba 
cuando llegó la partida
y con la daga afirmada 
un arroyo por la herida
los amores de anteanoche 
fueron huella y despedida.

La moza no se mostraba 
ni tensa ni sorprendida 
sus oscuros terciopelos 
lutos breves escondían. 
Se la notaba palmaria 
con pericia y con usura. 
Nunca logré enredarla 
en un cruce de mirada 
la dulzura de sus besos 
fue veneno de jornada.


El Juez hizo caso omiso 
del fraude montó pesquisa 
conminó que desertara 
para evitar la ignominia.
Me perjuró que el legajo 
pasaría a mejor vida 
que no había sinfonías
que aplaquen tanto dolor 
que la dama merecía 
recuperarse en su honor.


La causa no trascendió 
en estrados superiores 
el letrado cerró filas 
argumentando querella,
simple riñas de mamados 
por cuestiones de baraja. 
La defensa propia sirve 
para más de un cometido 
el Juez y la dama viven 
de un ágape bien servido.

Mi destreza con la faca 
sirvió de brazo motor 
para que un ejecutor 
conchabe sus apetencias.
Saqué del medio a un intruso 
que al legista incomodaba 
sus sudores la soñaban
a la moza y los ardores, 
fui elemento necesario
para el Juez y sus pasiones.


Solícito el leguleyo 
no me pidió confesión 
con un fajo de billetes 
del bolsillo hizo pensión.
Un bayo sin propietario 
prendas de abrigo, y vianda, 
tabaco, ración de caña
y una carta petición 
fueron visa y beneficio 
que recibí en la ocasión.


La carta recomendaba 
una faca bien dispuesta,
hombre de buena apariencia 
y valentías a cuestas.
Ignoraba el contenido 
y el tenor de la misiva,
nada más remoto que uno 
desfigurarse matón
fui forzado sin saberlo 
a mi nueva condición.


Al Pago de Las Mostazas 
fui a dar con mis soledades 
presenté mis credenciales 
al caudillo y sus maldades. 
Puso blanco sobre negro 
ordenando de inmediato: 
vaya buscando querencia  
y un lugar para el retiro,
la cosa en primera instancia 
fue pasar inadvertido.


Las puntadas al Sargento 
me habían sumado fama, 
injusta, exagerada
tanto por ciento tramada.
Perezoso me sentía 
con moneda y sin patrón 
caprichos y sugerencias
no debía tolerar 
sólo esperar el momento
silencio y saber mirar.


Dorrego guarda secretos 
y leales sin omisión 
revela poetas sensibles 
cantores con emoción.
Su fina capa de suelo 
que cobija la riqueza 
necesita de las nubes 
y el poder de su tibieza 
la bendición regular
de una garúa que empieza.


En este espacio del mundo 
debí cercar mi existencia
no más que por la imprudencia 
de un milico enloquecido; 
que mamóse embrutecido
 por unas faldas villanas, 
provocadoras de trampa
del embuste y del engaño 
sagaz en las bellas artes 
de seducir con el daño.


La calma duró muy poco 
y en breve fui convocado 
debía domesticar
a un Concejal mal llevado. 
El hombre quería gravar 
el impuesto de la tierra 
cosa que no era bien vista 
por su tufo socialista,
una pequeña advertencia 
sedaría al moralista.


Nunca supuse que el hombre 
sostendría  gallardías 
que políticos de talla
frecuentan acobardar.
Se puso fiera la cosa 
proponiendo duelo abierto, 
padrinos y testimonios
y reglas por qué jurar 
no existía en mi rencores 
que me impulsen a matar.


Fui a la chacra del caudillo 
a informar lo sucedido, 
intimó me hiciera cargo 
del convite recibido.
Me negué por convicción 
y valores adquiridos,
jamás me pongo al servicio 
de la amenaza y la muerte 
en defensa de lo justo
sólo se expresa mi suerte.


Subrayó recomendarme 
que me jugaba el pellejo 
que la palabra empeñada 
se cumple con o sin riesgos. 
“No se equivoque Godoy
de su vida no es el dueño
 no cuenta con albedrío
ni poder de decisión 
sólo le resta ser cauto 
y cumplir con la misión”


Me fui sin decir palabra 
pensando en ese momento 
que la trampa de la moza 
repetía su argumento.
Sabía que no debía 
poner en juego valores,
 endeudar mi inspiración 
de varón bien aprendido 
y sentenciar sin honor 
mi faca por ser vendido.


No tenía que entregarme 
a la gula y a la inmundicia 
que al igual que las arañas
tejen redes de codicia.
Me fui a ver al socialista 
para hablar sobre el asunto 
sin temores ni soberbia
me dijo con mucho aplomo
“de usted depende mi amigo 
aligerarse su lomo”.


El probo y su reflexión 
con humildad confirmó 
que ser libre de elección
es el pan del buen paisano. 
Andar sin sentir penando 
es de sabios y eruditos 
que ven en los contenidos 
la alquimia de los valores
y decidir por sí mismo 
el brillo de sus colores.


Me habló sobre la bondad 
de virtuosos y de honrados 
pero nunca convidados
de tormentos y tornados. 
Que saldara mis errores 
con la ley si los tuviera, 
que no le tema al poder 
del ignorante nocturno
que monta de vez en cuando 
a la espera de su turno.


Que sería mi abogado 
si la pena lo exigiera, 
que pediría el legajo
argumentando derechos. 
Que la faca no es manera 
de resolver los asuntos, 
que las trampas de la vida 
tienen siempre solución 
cuando el honesto persiste 
con sensata convicción.


Propuse que el devenir 
limitara a los actores 
hasta dónde se alzarían 
las voces de los traidores.
El caudillo sin agallas 
ordenó mi detención
seis gendarmes bien trazados
 visitaron mi brasero
sin mediar palabra alguna
 me dieron por el trasero.


Dos semanas me comí 
en una celda roñosa 
insultado por milicos
y caricias tormentosas. 
Pero el noble socialista 
tomó mi caso con lustre 
aportó con su saber
el resto de las verdades 
quedando libre de culpa
de cargos y otras maldades.


Muy poco tiempo duró 
el placer de la inocencia 
jamás la villa admitió
de mi honor y mi decencia. 
No existían bienvenidas 
en encuentros de ocasión,
las cuentas se me cerraban 
y el trabajo no abundaba 
vislumbrar otros senderos 
la realidad presentaba.


El Concejal bien nacido 
respetó mi conmoción 
un auténtico templario
debe buscarse su rumbo.
Un tordillo destinó 
como prueba de amistad 
y un préstamo en efectivo 
para que pueda empezar; 
al hombre se lo conoce
y no es preciso implorar.

*


Entre Sierras: En la segunda parte del poema el cronista nos relata los primeros pasos del nuevo exilio de Anastasio Godoy, el asombro por la belleza de una geografía impactante y la hospitalidad que le diera quién resultara ser, para su vergüenza, el padre de aquel Sargento del infortunio. Sofocado y compungido sale tras San La Muerte en la búsqueda de un destino que considera establecido, aceptando como determinante que no existía comarca para su paz.



Cronista:



Así Godoy siguió su huella
por jornal y por mendrugos
sabiendo que sus verdugos
perseguirían su estrella.
Juzgaba que por su historia
lo aguardaba el desconsuelo
y una condena ambulante
de haragán y trashumante
periplos interminables
nostalgias del caminante.


En dos lunas la llanura
desentendió su interés
un horizonte de sierras
presagiaban su avidez.
El paraje era un reposo
para quién sabe mirar
no se pudo contener
ante tanta majestad
y arribó sin esquivar
las pajas y su ruindad.


Le hablaron de una ventana
que merecía el oteo
veinte leguas hacia el cielo
y arroyuelos por goteo.
Insistente prepotencia
de una comarca que exhorta
y que sólo cree que importa
mantener a la natura
liberada del embuste
del canalla y su postura.

El secreto de esta tierra
guarda en sus venas rocosas
el placer de las sedosas
laderas con hierba buena.
El crepúsculo seduce
mal o bien a peregrino
hace la pena olvidar
con aromas y con trinos
los fantasmas del pasado
y los amores ladinos.


Desfiló tras sus asombros
tallándose el territorio
sintió su traza angustiada
recordando sus escombros.
Se percibió caprichoso
sumiso y desprotegido
fue capturado escogido
por imperio de un recodo
cuyas luces de la noche
Iluminaban su lodo.


Un tiempo por entre grutas
y sin pato que pelar
se vio sentirse nativo
fabricando un arsenal.
Un perro lo acompañaba
a distancia y con modestia
caza y pesca eran tareas
de un tosco sobrevivir
el signo del forastero
y su solitario existir.

Hasta que un viejo soldado
sin prole ni descendencia
le ofreció jornal seguro
lecho, labor y querencia.
Tierra que había obtenido
por herencia y sin ultraje
cien ovinos y el coraje
acompañaban su estancia
en sus leguas de artesano
no se tanteaba distancia.


Los días se destacaban
conforme el trato acordado
la confianza no era asunto
ni tampoco el desagrado.
La suerte quiso una noche
que preñado por la curda
el soldado juegue cartas
sincerando sus dolores
un capón y el aguardiente
afinaron los motores.


Así se enteró Godoy
que aquel difunto sargento
fuera el hijo del paisano
que le abría su dolor.
Sabía de la consorte
y de su escasa cordura,
sabía que su bravura
se la otorgaba el alcohol
y sabía que un tal “Faca”
fue su brazo ejecutor.


Pero sabía también
de la boca de un amigo
que el matador fue forzado
a enfrentar la situación.
El Concejal socialista 
de los pagos de Maciel
le había zanjado tantos
que a distancia no sabía
la moza, y un Juez cobarde
pagarían algún día.



Las lágrimas del soldado
necesitaban prudencia
un acuerdo entre paisanos
y un halo de indiferencia.
No es de sensatos mellar
la montura de un doliente
que confiesa con angustia
los males de su existencia,
y Godoy estaba allí
sosteniéndole la ausencia.


A la mañana siguiente
el catre del invitado
limpio, vacío, helado,
mostraba traza carente.
Una nota entre cobijas
acompañaba al recluta,
pocas palabras escritas
entrelíneas sin talento
las verdades presentaban
confesiones y lamentos.

Anastasio Godoy (Esquela)


“Mire amigo yo le debo
más que la hospitalidad,
usted me enseñó un oficio
y una manera de andar.
Le presento mis miserias
las que no puedo ocultar
y menos a un compañero
que me supo valorar,
soy la mano embrutecida
que fue obligada a matar.


El apodo alcanza y sobra
para sentirme inmoral
ésta faca criminal
cerró parte de su vida.
No pretendo su perdón
y menos su entendimiento,
advirtiendo su dolor
me revuelve el egoísmo
no merezco su atención
ni su piedad ni civismo”.


Cronista


La nota del disidente
al brasero fue a parar
el milico siempre supo
quién era su residente.
Y maldijo ese momento
de quebranto y flojedad,
los pecados de su fruto
lo habían comprometido
el alcohol sólo es atento
pa ´ perder a los amigos.


 El Faca supo al marchar
que llanuras y que sierras
no pueden enmascarar
culpas que deben pesar.
La muesca que la miseria
nos provoca en la memoria
son cicatrices que el tiempo
siempre suelen provocar
insultos reparadores
y recuerdos en el mar.


Burlándose de sí mismo
y hastiado de portar penas
en busca de San La Muerte
partió con sus manos llenas.
Conocía de su cuna,
madrugaba por el norte,
salió para allí cuidado
por su perro remendón
ese mismo que tutela
evitándole el perdón.


Más quisiera ver al Juez
en ese instante preciso
y sin nada que perder
con la daga ser conciso.
La faca que fue abusada
por su bragueta ligera
pirexia de putaísmo
y cargo de impunidad
intimando acuchillar
por flojera y vanidad.



Conocedor de los rumbos
y palenques amistosos
migraba de pueblo en pueblo
para curarse de croto.
Con artes bien aprendidas
y destrezas comprobadas
el hambre era corajiada
con sudores de trabajo
esperanza predispuesta
y bordonas por lo bajo.



Anastasio Godoy (Décimas de Viaje)


Los sabios y los bribones
señalan el recorrido,
más me gustan los paisanos
que estiman prudente dudar
del pensamiento inicial
de una palabra apurada.
Se confía demasiado
en decires populares
será por eso que estamos
aporreados por los males.


Quebrarse de vez en cuando
suele causar vergüenza
a quién no ha vivido pena
pesada de soportar.
Puede el llorar redimir
algún rencor escondido
imposible presumir
de aquello que nunca ha sido
nos queda sólo discernir
las muescas de lo aprendido.

El saber nativo sufre
la más cruel enfermedad
hay desprecio y ninguneo
olvido y frivolidad.
Sólo aparca en los vacíos
de tranquera y soledad
payadores y coleros
descansan con humildad
sus décimas disonantes
son estacas de piedad.


*

La Caterva: Los últimos tres versos del capítulo anterior son una breve introducción al encuentro que Anastasio Godoy tendrá con el grupo de payadores y coleros fieles seguidores de San La Muerte. En la reunión El Chacho Peñaloza, El Manco Paz, y el propio Santo describen asuntos de la vida y, de algún modo, le aconsejan al solicitante que no es tiempo todavía y que aún le esperan cuestiones importantes por resolver. Como en toda reunión populosa nada resulta demasiado claro y en ocasiones se prefiere tener razón antes que arribar a la dicha.


Cronista



Encaró la ruta, su huella
“El Faca Anastasio Godoy”
buscando la redención
de los muertos del camino.
El Santo ya lo esperaba
sabedor de su venida
portaba vencida el alma
y el peso de la injusticia,
los espectros gobernaban
el sargento lo seguía.


Las ánimas del oriundo
otrora dueño del campo
le merodearon un tiempo
sintiéndose moribundo.
Le advirtieron entre sueños
que la ley de los cristianos
sólo guarda preferencias
en aquellos de su espacio
cobijados por sus rezos
envenenando despacio.


En cercanías de Salto
y a leguas de su silueta
una ronda de paisanos
bordoneaban sus cuartetas.
Cantares que recordaban
aventuras y tragedias,
injustas, persecuciones
y profundas reticencias
“El Faca” buscó su sitio,
el grupo le dio licencia.


El brasero iluminaba
la traza del concurrente
dejaba invocar la pira
aquellas almas presentes.
Caudillos y vengadores
pendencieros y traidores.
Reclutas de rango y porte
alternaban posición
con salvajes bien portados
y sus pilchas de ocasión.

El Galo y don Juan Manuel
compartían el cordero
entremezclando reproches
y un fuerte vino patero.
Arbolito y el Alsaciano
discutían el contrato
que conchabado lo trajo
a exterminar al “infiel”:
Maldito ese Rivadavia
sus negocios y su piel.


Por completo la caterva
con mesura y prevención
escrutaba al extranjero
omitiendo la mención.
Quedó libre la guitarra
y El Chacho ganó partida,
como canto de cigarra
le puso voz al acecho
tratando de consolar
dejó coplas en su lecho.


El Chacho Peñalosa



Ser severo en demasía
implica tener espejo
no es leal el observar
sólo miserias ajenas,
pues podemos encallar
en peligrosos pantanos
complicados de encarar
sin tener contradicciones
propongo la tolerancia
para medir las acciones.




Cuando hablamos de pecados
se impone justa noción
de analizar al vecino
con absoluta razón.
No podemos esgrimir
penalidades extremas
cuando estamos perdonando
malicias de conocidos
que por solo saludarlos
cargan males permitidos.


La ley que sirve no mide
el rostro del pecador
si se utiliza el sistema
de los caminos sinuosos,
es mejor irse del pago
sin pensarlo y presuroso.
La verdadera justicia
radica en la convicción:
No existirá menos paga
ante idéntica omisión.


Esa cosa de la fianza
no la puedo digerir
se me pone complicado
entender que ante un pecado
aquel de gordo bolsillo
sale absuelto y respetado,
mientras el pobre crotaje
sin el sabio leguleyo
duerme sus noches difuntas
con rejas hasta en el techo.


Propongo que analicemos
lo usual de todos los días
y esa costumbre adquirida
de juzgar casas vecinas.
La corrupción es de otro
lo mismo que el latrocinio
suena ajena la imprudencia
la crueldad y la indecencia.
Nada hay que hacer compañero
el mirarse en una ciencia.


La balanza de la ley
fiscaliza a los mortales
que eligen vivir adentro
de un sistema respetable.
Suponer esto por cierto
es asumir la inocencia
de no ver la omnipresencia
de la red y esa maraña
civilidad, maquillaje
dueña de vicios y mañas.


Hacemos la vista gorda
cuando peca el conocido,
cuando peca el poderoso
el silencio es admitido.
Sin embargo se me ocurre
que existe un fraude asumido
un sentido de justicia
particular y sombrío
aquel que inculpa de reo
al roto muerto de frío.




Los rencores suelen
ser basuraje de galpón,
trastos sucios que se juntan
en féretros del rincón.
Hay quienes los acumulan
como ahorro y capital,
fortuna que se codicia
y que nunca podrán gozar,
los buenos y sus nostalgias
absuelven desde su hogar.


Mide en derecho de piso
otro grado de rencor
que espera de un nuevo obrero
en pos de la redención.
El hombre será forzado,
por el vigor del mendrugo,
aceptar nuestras miserias
sed de venganza adquirida
debiendo manso soportar
la humillación y la herida.


Cadena que se complica
de infinitos eslabones
cada vez hay más bribones
cuyos males multiplica.
Cobardía es la palabra
que se me ocurre imponer
porque es falta de coraje
lo que mueve a la venganza
de imponerle al inocente
más que un código una lanza”.



Cronista




Holgazanes y eruditos
oyeron con reflexión
la palabra del caudillo
con respeto y devoción.
El valiente montonero
hablaba de la justicia
que la caterva presente
alguna vez padeció.
La libertad de ser libre
tiene precio sentenció.


Sin sentirse desafiado
y tratando de aportar
“El Faca” pidió permiso
para el envite abordar.
Más sabía que su suerte
 se jugaba en este instante
que San La Muerte anhelaba
escuchar su dimensión
el canto desesperado
de un mortal en extinción.




Anatasio Godoy



“Varias veces fui testigo
que paisanos encumbrados
sostienen ser envidiados
por sus bienes y su abrigo.
La soberbia es cegadora
de verdades escondidas
tal vez no sea la envidia
causal del remordimiento
al hombre se lo conoce
cuando la suerte da al viento.




Jamás este vil canalla
fijará en sus pecados
los deseos imprevistos
que caen sobre su talla.
Pensará pa´ sus adentros
que la envidia los corrompe
que el éxito ajeno ciega
y promueve lo peor
nunca intentará entender
y respetar el dolor.


Seguirá por sus caminos
sin detener las parcas
los cadáveres dejados
no cuentan entre sus marcas.
Su suerte no se discute
ni debe ser observada
todo logro lo merece
por haber nacido probo
el resto debe aplaudir
sus pericias y sus robos.


Por eso y sin arrogancia
recomiendo la humildad
que reconozca carencias
con buen tino y sin crueldad.
La lectura de los ojos
de aquellos que sufren penas
suelen hacernos poner
en el justo punto humano
donde nada es para siempre
donde todo es dar la mano.




Creerse el punto más alto
es el camino más corto
para odiar y envilecerse
es pensar que uno merece
la baraja recibida.
Le digo sin eufemismos
que la memoria y la suerte
navegan distintos mares
y que la historia y la muerte
nos hace frágil y pares.


Quién tiene se cree envidiado
el que no, victimizado.
Aquel no asume de errores
que pudiera cometer,
éste no siente al esfuerzo
como valor y tendencia,
que modifique el siniestro
estado de indefensión
prefiere compadecerse
por su pobre condición.


No reconozco paisano
que perciba merecer
lo poco o mucho que tiene.
Difícil es disfrutar
cuando de ausencias se trata,
el medir siempre carencias
conlleva fijar la vista
en aquello que nos falta,
padecer ceguera viendo
no nos deja ver el alba.




El planteo de estos temas
me ha traído sus corridas
he sido poco entendido
más de una vez sometido.
Será que la observación
no es costumbre popular
pena me da que no se hable
de las tonteras usuales
que por fácil resolverlas
no se las ve como males.


Pelear batallas ariscas
que requieren soportar
no es tarea que cualquiera
ponga el pecho pa´ afrontar.
Las mayorías se anotan
en lides con resultado
que por saberse ganadas
le sobran los coroneles
que gallardamente lucen
las medallas en sus sienes.


Terminando con el rezo
sin ánimo de cansarlos
prefiero pasar de largo
ofreciendo mi pescuezo.
Los valores han cambiado
quedando por ley maltrechos
de tanto avaro paisano
escondedor en su lecho,
mejor vuelvo a mi costado
a que me lancen el pecho.




Diez décimas alcanzaron
para hablar de los pecados
que las tablas de la ley
omitieron por error.
Si no ha quedado claro
maldigo el mal expresarme
le ruego sepa entender
lo que entrelíneas se firma
apelo a su parecer
si mi decires confirma ”.






Cronista



Para cambiar el tenor
de la lúgrubre velada
“El Manco” propuso un vino
con ánimo de celada.
Advirtiendo de los vicios
que la apatía propone
reparó que Dios dispone
con los disfraces de santo,
que nadie tiene derecho
a limitarnos el llanto.







El Manco Paz



Beber teniendo medida
con amigos un buen trago
amansa ciertos sabores
y hace el placer más largo.
Trabaja bien la memoria
sin miedo a reiteración,
perder tamaña ocasión
no me suena inteligente
ruego que sea prudente
cuando tome su ración.




El vino es un buen aliado
de males y desventuras
un culito siempre ayuda
a superar pena dura.
Nunca deberá olvidar
que pedirle redención
parte de la injustica
de una exigencia al servir
es allí cuando le erramos
con la excusa de vivir.


Sé que hay bebidas mejores,
de más elaboración
confieso fuerte pasión
por la sangre de los pobres.
En un asado con cueros
el cogote pide a gritos
que abandone esa vasija
y venga rápido a sobar
ésta garganta sedienta
seca de humo, y orfandad.


También sé que su densidad
ayuda a perder la calma
que en ocasiones se planta
como causal de tormentas.
Si me permite aclarar
un buen tinto siempre avisa:
un mareo, somnolencia
y cierta tontera echada
nos indica con atino
que nos quedamos sin nada.




Hablan de finos cepajes
aroma y encanto francés
copas de fino linaje
varietales y bouquet.
Disculpe la intromisión
si se quiere la simpleza,
el vino ayuda aplacar
a sufrientes solitarios
que sólo aspiran estar
un poco menos otarios.


El tinto es buen compañero
le pido no se le abuse
nunca negará su estima
le ruego no se le acuse.
Siempre lista su presencia
y corcho bien desprendido
lo invitará cordialmente
a conversarlo y vivirlo
al igual que un buen amigo
lo agasaja pa´servirlo.






Cronista



De tosca traza y mendiga
una silueta macabra
sin mediar modos ni formas
exigió tiempo y palabra...





San La Muerte



“Señores yo los saludo
y agradezco la visita
nos convoca el compañero
y un crepúsculo que avisa
mis decires de albedrío
tienen el rango de misa.



Por la furia de los cardos
viven llagas mal curadas
el silencio se hace sol
y pasados los inviernos
se pinta la tierra toda
con sudores y con brumas,
los olvidos me laceran
los recuerdos pastorean
dejando guacha la tierra
de vizcachas y llanuras.


Cuando faltaba moneda
mascar  era  privilegio
el mate, tabaco y taba
eran un buen sortilegio.
Las esperas solitarias
proponen que la mirada
fije en el surco de entrada
los pasos del buen nativo
que sostenga en su parada
algún pesar sugestivo.


No sé de rimas y cantos
ni de lujos ni milagros
manejo poco las artes
y mis talentos son magros.
En terrenos de visita
no me verá esquivar
un convite un reservado,
que al alma no deje en paz
enterrando así en el polvo
azares que están de más.




Nadie reclamará deuda
mi forma no es engañar
ser mérito de paisano
alguno puede pensar.
Pero de seguir hurgando
y en busca de la verdad
diré con mayor enfado
pena, dolor y recato
que no ha sido por no pedir
sino que no me han prestado.


Voy tropezando rencores
en cada pago que piso
la traba, la zancadilla
auditan con suelo liso.
No me achica el desafío
y boceto mi estrategia
el cuchillo es la palabra
mi enemigo la injusticia
más vale las cosas claras
que el silencio y la codicia.


Somos parte de los tiempos
Eras de viento y tormenta
el decoro y las promesas
toleran la cruel afrenta.
Son escasos los paisanos
de palabra y ciencia cierta
se peca por prepotencia
se instala la indiferencia
la pobreza no conmueve
un insulto es la decencia.




Se deben gritar verdades
en lugar, en tiempo y forma
de nada vale la pena
debatirlas en los bares.
Una queja que se esgrime
a leguas de lo ocurrido
suele resultar un cuento
que a muy pocos interesa
los cojones se demuestran
cuando el riesgo nos apresa.


Las luchas del obreraje
inmigrante desplazado
con cenizas se han tapado
de negros cuerpos quemados.
La tierra llora testigos
viajando de pueblo en pueblo
en busca de pan y vino
buen tabaco y culo e´ grapa
una mesa bien tendida
y el recuerdo de una ingrata.


Dirán que estas rimas cruzan
sendas de poca aptitud
perdonen si ven soberbia
pero es seria mi inquietud.
Veo sólo lo que veo
no me es propia la invención
si digo que así las cosas
no me corra con reproches
el peor de los embustes
no necesita de noches.



Rimas de tiempos tordillos
ausente dentre las brazas.
Este coplero curtido
gringo tosco y montarás
calló sus historias niñas
evitando incomodar,
el lucero lo visita
senderando el pajonal
fuego de daga y memoria
un talero y soledad.


No es mi culpa lo que pasa
pero sí, si no lo digo
cada cual es responsable
de sus dichos, sus amigos.
No me afecta el conformismo
de ser sólo el pecador,
cuento con buena ración
de historias bien aprendidas,
seis bordonas de rodillas
me dan clases comedidas.


Estos versos que nacieron
entre domas y maneadas
cuentan con cierta armonía
y sudor de paisanada.
Llevan ansias de esperanza
por un futuro mejor
y si bien no soy mentor
de verdades rigurosas
más vale andar avisando
que andar con cuentas morosas.




No me sumo a la protesta
que termina entre cobijas
prefiero decir las cosas
con propuesta y sin malicia.
Sé del cobarde que goza
de las mañas de las artes
para que el frontera asuma
el riesgo de la jugada
nada peor que el traidor
que abusa de la manada.


El boliche se llenó
con voces de poco trote
tres guitarras taciturnas
aguardan por quién las frote.
De bordonas tormentosas
voy armando mis acordes
por eso ya no hay leales
en mis cadencias paisanas
señores con mil perdones
mis visiones son insanas.


No percibo al paisanaje
comprometido en las luchas
se ve que lo ha convencido
el mensaje y sus escuchas.
Le suplico tenga claro
que no peca de inocente
ha bajado las defensas
por el mendrugo indecente
ha elegido estar maneado
y ser víctima presente.




Ser domador y baquiano
no lo exime de un buen tomo
tener instrucción le sirve
a no abaratar su lomo.
Mire que el patrón bien sabe
que el ignorante no exige,
el derecho se halla escrito
para usted, para su cría
dependerá su interés,
la vida no es profecía.


Le ruego bien me interprete
no le estoy dando lecciones
lo que sucede de a diario
conllevan explicaciones.
Y la ignorancia mi amigo
es su sangre en tierra ajena,
su sudor y su nobleza
y su cintura gastada
un Doctor que nunca llega
forma parte de la trama.



No tengo grandes rencores
y aunque le cueste creer
niego que tal cosa sea
la fórmula verdadera.
Más se me ocurre pensar
si alguien erró el camino
y me viene con pesares
no seré quién lo corrija
el silencio juega cartas
con la taba y la sortija.



No me piense un erudito,
sé más por haber errado
que por haber acertado,
distante estoy de perito.
Y si me ha de perdonar
le diré que es cosa seria
no escuchar al caminante
que con transparente dolor
le cuenta sus desventuras
con agudo pundonor.


Sé de buenos informantes
el pago cambió paisaje
se mira mal al viajero
se rinde culto al poder.
Ser sumiso da buen nombre
y el achicarse es de ley
por eso pido disculpas
va mi canto desprolijo
pues cargo en roncas alforjas
el orgullo por mis hijos.


Hubo tiempos en que fui
gaucho fiel y domesticado
los patrones me apreciaban
por calmado y sosegado.
Mi sangre era buen abono
eran rentables mis manos,
cierto día comencé
a consultar mis derechos
sorpresa es lo que encontré
me apuntaron con pertrechos.


Tener buena educación
no significa callar
y se me ocurre afirmar
que educar no es sosegar.
Y cuando en esto se piensa
se lo tilda de rebelde
el poder guarda recetas
que al jornalero le esconde
siempre es mejor ignorar
que perturbar si responde.


No me mire sorprendido
ni dude de mi mención
el código no me hostiga
si se plantea cuestión.
Elegí ser caminante
en lugar de servidor
el riesgo lo asumo solo
no insisto por compañía
yo siempre tendré tabaco
pa´ quién siga por mi vía.


Vivo de rimas y gorra
y de lo que deba morir
no me asusta el laboreo
pero elijo a quien servir.
No me gustan los malandras
que chapean en estancias,
señores acopiadores
de riquezas por matanzas
que insultan al jornalero
mientras rellenan sus panzas.



No existe peor consejo
que aquel que no se pidió
pecaría de soberbio
si tal cosa se entendió.
Yo le cuento de mi historia
y tal vez de algo le sirva
pero nada es experiencia
que a otro par le sea veraz
moralejas y relatos
y alguna bordona tenaz.


Se murmura de tradición
y de cultura nativa
se escriben editoriales
a bien del peón de campo.
Se revela con intención
lo bueno de las costumbres
pero en esas radios locales
con dolor se lo aseguro
no se lo escucha al obrero
sino al dueño del mendrugo.


Usted es joven, fogoso,
peleador de los calores
le cuento que no está mal
la custodia de valores.
Pero le debo informar
que hallará en su camino
más sordos que escuchadores
más necios que decidores
más cobardes que cantores
más corruptos que dadores.


Suelen señalar los sabios
que el delito y la falencia
caminan con la pobreza
y abrevan de la carencia.
Por las tinieblas y el hambre
se ve que nadie responde,
amén vemos sin sorpresa
que el malandra sabe en donde
es bueno esperar el tren
empilchado de vizconde.


En hipócritas congresos
se querella a la simpleza
como razón fundamental
de la lacra y la torpeza.
Cultura y sabiduría
no significan lo mismo
Doctores y leguleyos
lo tienen bien aprendido
la democracia burguesa
oculta lo prometido.


La sociedad la construye
el humano y su apetencia
se inventan necesidades
de progreso y de tenencia.
Se crean las condiciones
pa´convencer que el dinero
no es el medio sino el fin
de toda superación quedando
pa´otro momento
la lealtad y la reunión.


Oscuras fatalidades
le hacen creer al hombre
que adolece de venturas,
de existencias y renombre.
Víctima de vida impura
que requiere redención,
por eso adopta la opción
y justifica chanchullos
diseñando recorridos
ocultos para los suyos.


Si se cansó de escuchar
no se aflija que lo entiendo
es mi falta de talento
la sensación que comprendo.
Por eso doy colofón
a tanta palabra suelta
y le pido sin urgencias
que repase lo emitido
usted fijará qué hacer
con su pobre contenido”.





Cronista



Por fin el Santo saldó
con su bordona y su rima
recomendándole al “Faca”
que no acelere su ruina.
Que el curso y las cicatrices
son cuestiones pa ´afrontar
que el paisano tiene costos
que puede y debe pagar
que su tiempo tiene cuitas
que no es posible rehusar.



La caterva se arrumbó
camino del campo santo
se alejó del candidato
que pretendía su manto.
La muerte no es un castigo
que se deba merecer
la muerte tiene paciencia
y no apura su misión
la vida es un don divino
y no una opaca cuestión.


Uno no va hacia el destino
es él quién viene a buscar
lo noble es tener grandeza
y con hidalguía esperar.
No mostrarse inoportuno
caprichoso y disidente,
es mejor que el ciclo dicte
la sentencias y el relato
asumiendo los momentos
y siempre cumplir el trato.



De Regreso: Luego de cinco años de ronda por los caminos de la llanura en donde procuró experimentar en carne propia las observaciones marcadas por la caterva decide regresar a las sierras del sur, a los pagos del viejo Soldado. Durante ese lustro fue mensual, jornalero y aprendiz. De ese modo sobrevivió a las naturales demandas de su cuerpo pudiendo además moralizar y resignificar aquellos compromisos por los cuales había decidido desertar. Al corroborar la ausencia del recluta va al encuentro de Don Nicanor, vecino que vivía junto a su hija tras la sierra, para consultarle sobre la suerte del viejo.

Cronista


Entre estancias y jornales
fue descubriendo su historia
purgó con sus insolvencias
por sus fraudes y memoria.
Cinco años en redimirse
buscándose sin buscarse
percibiéndose volver
a los pagos del recluta
para intentar renacer
y abrazarse de una excusa.


La daga yace enterrada
muy lejos de sus recuerdos.
Las casas de tolerancia
y las mujeres de atajo
complementaba su instancia
de placer y de sosiego.
Especuló sobre el viejo
sobre la vida y la parca
deseó encontrarse con aire
y volver a la comarca.


El sur lo estaba aguardando
con sus sales y sus vientos
descartaba bienvenidas
los reproches y lamentos.
Confió en su reservado
observador y truncado
para rememorar la huella
que hace un tiempo abandonó
y por razones estrechas
en silencio desairó.




Cansado por la fatiga
frustrado por fracasar
viene el negro sometido
buscando un trozo de pan.
Su mirada así lo exige
no necesita ladrar
acompaña su silueta
con su impronta generosa
el negro no tiene nombre
es negro, y así es la cosa.


Iban los tres de partida
tramando y de confesión
la amargura se blandía
como divisa en malón.
El quejarse no aportaba
no más que para fastidio
un acuerdo entre paisanos
beber y templar la marcha
abarrotados de frío
por la tromba y por la escarcha.


Las cinco lunas de ruta
tuvieron por fin llegada
la chacra sin el recluta
posaba ufana, y aseada.
Sin indicios de movida
rumbeó a lo de Nicanor
vecino que tras la sierra
compartía sus ocasos
su pasión por esa tierra
sus historias y bolazos.




A la sombra del ciruelo
descansaba el paquetero
que usaba como señuelo
y eficiente mosquitero.
Y aquella niña, su prole,
con los años convertida
en la joven comedida
de culta prosa y decencia
que entre ensillado y lavado
laboraba en la querencia.




Anastasio Godoy

Lo encaró con prevención
hallando sólo un “buen día”
“El Faca” no percibía
que el hombre lo conocía...
“Se anuncia Anastasio Godoy
a rendirle sus respetos
no tengo cuentas pendientes
ni me persiguen espectros
espero que su repaso
sepa disimular mi aspecto”



Don Nicanor



Cómo olvidarme del Faca
hombre de orgullos remisos
pusilánime en su fuga
miserable en los permisos.
Por no sincerar sus cosas
se vistió de perseguido
por culpas que nadie echó
se vislumbró poseído
por leer mal al soldado
se pasó de distraído.



Cómo olvidarme del Faca
y su difunta imprudencia
que de arcanos fue novato
huyendo sin referencia.
Hay tipos que por soberbia
se inclinan a sostener
que el mundo que los rodea
conspira por vocación
sin apelar al decoro
y a la humilde tradición.


Diga que el viejo recluta
es hombre de alto valor
y que esperó por su vuelta
con paciencia y pundonor.
Usted porta del fulano
un afecto inmerecido
en mi caso la inversión
la haría por la bebida 
y no por un timorato
que no enaltece la vida.


Ya le he dicho lo que pienso
de aquí en más lo que debo
Don Nírido está en Dorrego
por cuestiones de salud.
Me intimó con pulcritud
este mensaje de encargue
que espere por su regreso
que mucho no va a tardar
guarda un par de ginebritas
y varias cuitas que aclarar.




Espero que mi vivienda
le otorgue lo necesario
mi amigo no se confunda
se lo aclaro de antemano.
No me convoca el placer
en componer esta empresa
la palabra de un amigo
no es cuestión para ofertar
ojalá encuentre el espacio
su dicha y su libertad.



Anastasio Godoy


Agradezco su confianza
y a mi partida yo espero
no sienta la frustración
de un brasero sin apero.
Seré el mastín de su hija
de su chacra y su terreno
firme mi pulso estará
si he de jugarme el pellejo
haré honra a su franquicia
aunque me cueste el hollejo.


Mi cumplidor reservado
se lo doy de garantía
admito que mi palabra
no cuenta con su valía.
Trataré de redimir
pecados de juventud
por mi bien y la salud
del buen recluta que espero
y a su llegada aclarar
lo velado en el ropero.




Don Nicanor



Aceptando sus avales
admito su juramento
un paisano con pendones
no expone vanos lamentos.
Esperamos que su estancia
sea corta y placentera
el recluta guarda achaques
y algún signo de quietud
nunca omita la oración 
en sus noches de virtud.





Anastasio Godoy



Me alegra que sus palabras
contengan honestidad
que se adueñe de silencios
y sea franco de verdad.
No le pienso dirimir
por cuestiones imprecisas
espero que con el paso
y el transcurrir de los días
pueda reparar estafas
y zonceras cometidas.


Me gustaría que acepte
en este tiempo de estancia
labores de maestranza
y tareas por hacer.
No deseo invitaciones
y vestirme de entenado
quisiera mostrarme útil
sometido a sus servicios
le ofrezco mis fieles brazos
y hacerme cargo ´e mis vicios.


Don Nicanor


Para tales menesteres
si es su deseo y su dicha
someterse a la demandas
de mi hija María Luisa.
El galpón de los olivos
está libre de alimañas
decente para el abrigo
y presto para querencia
no se olvide que un amigo
está cuando la dolencia.


Usted será el encargado
de mantener sus peroles
su menaje y sus trebejos
sus ovinos y faroles.
De la limpieza interior
deje a los que más saben
María Luisa es versada
en asuntos de la higiene
ningún detalle se escapa
cuando el apego deviene.




Cronista



Varias semanas pasaron
y ni atisbos del soldado
la duda estaba gastando
el alma del invitado.
No quiso pues demorar
consultarle a Nicanor
de qué trataba la cosa
y el grado de enfermedad
el motivo de su estancia
era el viejo y la verdad.




Anastasio Godoy



Por lo que usted me revela
con detalle y seguridad
el asunto del recluta
vela cierta gravedad.
La demora en su regreso
me sabe muy complicado
sus gestos y prevenciones
me tienen desamparao
hable claro se lo ruego
que me siento quebrantao.




Don Nicanor



No me es útil traicionar
el arrojo agonizante
de un amigo vacilante
que a la muerte va a enfrentar.
Las palabras del soldado
sonaron a despedida
y le confieso Godoy
que lo conozco a medida
cada día suma dudas
que con sueños me convida.



Anastasio Godoy



Veinte leguas nos separan
de su destino doliente 
le pido que me libere
y enfilar hacia el paciente.
Sé de los riesgos que corro
que me esperan las venganzas
ciertos caudillos matreros
un Juez y sus emboscadas
Don Nírido vale el costo
mi honor no tiene celadas.



Don Nicanor



Haga lo que deba hacer
no comprometa el futuro
en el fondo no esperaba
otearlo aguardar su turno.
Nuestro trato sigue en pie
vaya y monte el reservado
y recuerde al Concejal
socialista, y abogado,
hombre probo y de palabra
y amigo del sofocado.





El Legado: Arribado El Faca a los pagos dorreguenses fue directo a la chacra del Concejal. Deseaba tener de primera mano las novedades del caso. Grande fue su sorpresa cuando notó la verbena que en la finca se vivía. El soldado estaba entero y feliz, sano y de buen humor. La confirmación del Socialista como electo diputado en minoría por la sexta sección era el motivo de la tertulia. El capítulo finaliza con voz de Godoy reiterando la primera décima de la obra.




Cronista



Laso arribó el frisón
a los pagos de Maciel
exigido por el abuso
del alma de un hombre fiel.
La mansión del Concejal
disfrutaba en romería
el dueño fue distinguido
Diputado en minoría
el visaje lateral
le develó la utopía.



Vio que viejos idealistas
disfrutaban la tertulia.
No era diario ni normal
que un obrero delegado
llegara hasta las vedadas
gateras legislativas.
El poder establecido
aceitaba un mecanismo
bien pagado por el fraude
se tributaba a sí mismo.


Sonriendo lo vio al recluta
brindando con el electo
el recuerdo de Maciel
fue ovación en el momento.
El enérgico Radical
fue baleado en emboscada
desde la misma parroquia
traicionado por su yunta
su sangre pintó la plaza
una pérdida que insulta.


Recorrían por sus venas
tributarios de verdad
derechos para el obrero
y un jornal con dignidad.
Libertad de asociación
ética, justicia y moral,
más del “Peludo” se sabe
guarda en su ser un vulgar
que al pobre peón desprecia
tentándose a traicionar.




Si en la puerta de su casa
el Delegado de turno
le planta con devoción
dos plantas de culo e ´ perro
el galerita alvearista
firmará su redención
mamando de sus instancias
y toda la admiración,
don Juan Maciel feneció
ultrajado y sin morrión.


La veterana legión
aburrida de la broza
a las filas socialistas
fue a recitarle su prosa.
La Unión Cívica dejaron
en medio de la apatía
mezclados con la prosapia
de familias ejemplares
propietarias de ganado
de su bosta y de sus males.


Atascó el parlamento
con prudencia de vecino
y al ver los ojos vencidos
al soldado emocionó.
Un abrazo indefinido
mostró cartas en el paño
alguna broma inconclusa
y temor por la imprudencia
se dijo pa ´sus adentros
qué sabia es la “decadencia”.






Don Nírido



Espero que su regreso
sea entero y de verdad
que no muestre terquedad
y silencios esquineros.
No es momento de reproches
ni de charlas del pasado
son instancias de festejo
por usted y el diputado
es mi último deseo
para morirme en el Pago.


Entendí que su conciencia
lo castigó por la vida
que sin intención alguna
tuvo acaso que quitar.
No padecí por su marcha
en búsqueda de piedad
cada cual tiene derecho
a redimir infracciones
y al no haber fórmula cierta
yerra el rumbo en ocasiones.




Cronista


La verbena terminó
con pleno sol del naciente
repleta de paisanada
justificada y sonriente.
De uno en vez se retiraban
de la finca del jurista
cada uno, a descansar,
laurel a tanto fracaso
nadie intuía por entonces
epílogo de balazos.



A cien metros del solar
y simulándose esbirros
seis jóvenes festejaban
al vencedor del comicio.
Con pilchas de vanidad
y boato bien ostentoso
bordoneaban su alegría
dentro de un auto lujoso
lustrando sus carabinas
por un dinero jugoso.



Nadie prestó atención
al movimiento cercano
nadie tomó prevención
por espíritus arcanos.
Entre triunfos y rancheras
empanadas y aguardiente
torta frita, mate amargo
y algún mamado caliente
la función bajó sus lienzos
se acercaban malvivientes.


La ráfaga relumbró
el frente de la posada
la cuadrilla socialista
a mansalva fue baleada.
Ante la misma salida
del Diputado y su gente
la simulada partida
cumplió con su cometido
un cuerpo herido de muerte
pintaba el suelo vencido.




Sospechando el devenir
y sabedor de traiciones
Anastasio y su figura
barruntaron maldiciones.
Y protegió con su hechura
el abra de la cancela
pudiendo así arrinconar
la integridad del conjunto
que a su gracia salió virgen
a costa del buen difunto.


Maltrecho fue trasladado
al clínico consultorio
ni la sombra de un graduado
atendía el promontorio.
La Casa de los Socorros
estaba aislada y con rejas,
el coqueto dispensario
moraba en obra y sin tejas
el hombre se desangraba
nadie sanaba sus quejas.


El orden conservador
tarugó certeramente
cada puerta de existiera
para calmar a un doliente.
A finales de los treinta
oponerse y ser valiente
eran motivo de riesgo
y resultado azaroso
la vida era un sortilegio
por un mandato morboso.




Se disipó la partida
sin reconocer su estrella
la soldadesca cretina
bufoneando tras su huella.
Aquel Juez de la mozuela
decretó riña e´mamados
con testigos confinados
nadie quiso declarar
el premio del atentado
fue un cerrojo judicial.


El concilio socialista
se ocupó de los alivios.
Un galeno practicante
y un errante curandero
calmaban el sufrimiento
del buen caudillo aparcero.
El Santo quiso esperar
un rato al interesado
esta vez el visto bueno
había sido rubricado.




Anastasio Godoy



Exhalación de arrabal
libre deuda culminante
de este paso descollante
no me puedo lamentar.
Siento que soy sometido
Por quién antes me ignoró
que a la par me conminó
a seguir el recorrido
por gravosas encomiendas
fui al instante requerido.




Espero no haber dejado
pasivo sin sufragar.
El reservado está entero
y hay dinero en mi equipaje
los préstamos, los encajes
de allí los pueden cobrar.
Un hombre franco, y honesto
debe ser agradecido
no exhumar lo padecido
buscando indulto del resto.


Percibo la demasía
de mi anegado interior
una amnesia superior
me aguarda con sodomía.
Tientan suaves melodías
y décimas generosas
las lágrimas prodigiosas
de compadres de la vida
este tiempo de descuento
sirvió como despedida.


Presumo que Nicanor
entenderá de mi ausencia
aspirando a su paciencia
le reitero mi perdón.
Confié soñar con los ojos
de su hija María Luisa
aquí me ve en la cornisa
peleando con mis antojos
me llevó para mi pozo
de recuerdo su sonrisa.




Hay quienes hacen promedio
en sus libros de balance
hay quienes viven en trance
sumergidos por el tedio.
Ser búsqueda es un remedio
y dudo que siempre alcance
para saber que un romance
no sólo es fin sino un medio
y que el hábito descanse
de tanto obstáculo y asedio.


Se afirma de los juglares
que nacen cuando perecen
y que en la vida no merecen
complacerse de ideales.
No aspiro a que los mortales
lo adviertan y por mí recen
me gustaría que empiecen
a dejar de ser normales
pues hay detalles que crecen
a pesar de ser formales.


Me permito en la ocasión
ser cruel en la cortesía
al pago y sus celosías
le concedo esta canción.
Entre caña y buen tabaco
vivo armando mis alforjas
el sudor mi cuero moja
de banales narraciones
epitafios con olvidos
amores y dilaciones.





Coloquio: El mismo Sargento apuñalado le da la bienvenida a Anastasio Godoy a su nueva condición. Luego de intercambiar experiencias sobre cuitas y arreglar cuentas pendientes analizan el Pago y demás cuestiones que hacen a la vida que dejaron. Incluye un Romancero en honor al Partido de Coronel Dorrego en boca del Sargento y un recitado de Godoy titulado Viejo y Pobre. San La Muerte interviene hacía el final del poema afirmando que más allá de un corto transcurrir siempre existe un devenir y nadie, ni siquiera él, tiene la potestad para exponer sentencias definitivas.





El Sargento


No esperaba que tan pronto
la muerte lo haya invitado
que le imponga convidado
a calvarios que yo afronto.
Sin embargo le aconsejo
no traiga aquí sus rencores
pues no existen los dolores
ni enemigos de entrecejo
cierta tristeza menor
y un tinte siempre bermejo.


No pienso desaprobarlo
por causa de mi presente
he sido maula y sirviente
de indignos a censurar.
Las leyes no son mandatos
son sólo interpretación
de juristas de ocasión
con buen vestir y boatos
que sin mediar confesión
legitiman malos tratos.




Fui víctima de galena
terminando ensombrecido
una moza y su cretino
disfrutan en piltra ajena.
Es usted el que me apena
no merece su destino
me acobarda el desatino
de no descubrir manera
y que este amargo no alcance
 pa ´olvidar a esa melena.


Su prestigio lo ha adquirido
por razones del azar
su faca logró cortar
a un mamado enceguecido.
Siento haber amanecido
entre fangos y dolencias
ebriedad por insolvencias
sentimiento malherido
fantasmas de las ausencias
morir por no ser querido.


Usted ocupó lugar
y es alma, y es mi autor,
este fronterizo dolor
me acercaba a lo vulgar.
Difícil la comprensión
cuando traza y cicatriz
son forma, molde y matriz
de una estrella sin opción
como espantada perdiz
que escapa con intención.




Pasado un tiempo entendí
de su hombría y sus talentos
mi padre no es de los lentos
su inteligencia advertí.
Yo lo había defraudado
como milico y paisano
cediéndome a lo mundano
desatendí su legado
pobre viejo, no es humano
que te rapiñen lo amado.


Acá con tiempo he sabido
engalanar un romance
por Dorrego y su balance
siete coplas han nacido.
Adolecen de intelecto
y no es obra de un artista
como un paño de batista
procuran causar afecto
no tiene grandes aristas
ni morriñas sin defecto.


Romancero Dorreguense


Pago de nortes difusos
y escondida geografía
el mar besa sus mejillas
y sonroja su pudor.
Los ocasos tienen sueños
y el artista los pintó
con colores terciopelo
de ríos que por pendientes
derraman en sus vertientes
el caudal de su labor.



Llegué como tantos otros
de paso y sin decisión
ignoraba su belleza
su sutil inspiración.
Comarca de nobles poetas
que transpiran en sus rimas
los ardores de sequías
que laceran la visión
y acarician con angustia
la próxima parición.


Hablo de Coronel Dorrego
modesto Pago del sur
peinan sus campos sembrados
inocencias y virtud.
No tiene grandes secretos
ni miserias conocidas
guarda suaves melodías
de guitarreros fogosos
hombres de valientes letras
escritas en tiempos mozos.


Guarda sedosas lomadas
remanentes de la sierra
en delicadas laderas
por vacunos pastoreadas.
Las coplas de Luis Acosta
nos recorren fantasiosas
entre los campos cegados
por tranqueras impiadosas
sereno homenaje a un poeta
decidor de nuestras cosas.



Pequeños pueblos irrumpen
toda una inmensa llanura
testigos del heroísmo
de millares de premuras.
Cuentan viejas celosías
estaciones abatidas
y a pesar de su abandono
nos dejan su testimonio
de la sombra y del coraje
a pesar de los demonios.


Y le confieso mi amigo
que al Pago y su terquedad
yo abracé por elección.
Opté por estar adentro
del paraje prepotente
al que arribé fastidioso
de pura casualidad,
le digo sin duda alguna
que a pesar de no ser cuna
me ofreció serenidad.


Qué más puedes tu pedirle
de regalo a este terruño
sus paisajes, sus amores
remembranzas que yo acuño.
Jamás me solicitó
rendición de cuenta alguna
pocas veces se enfadó
por algún insulto dado
arenas de mi elección
por celo yo me he quedado.




Anastasio Godoy



Perdone el poco entusiasmo
no me encuentro para rimas
siento hirviente las heridas
y esta noción de marasmo.
Me cuesta amar a este Pago
plagado de desventuras
los que están no hallan venturas
idóneas para el mandado
luces malas en llanuras
sembradas por el malvado.



Sargento



Entiendo su mal humor
y su falta de armonía
deje que pasen los días
y evádase del rumor.
Aproveche de este sitio
y disfrute su morada
no es una simple parada
entre senderos de ripio
es pausa determinada
sabiduría y principio.


Sé de aquella colisión
con el Santo y su caterva
casi se olvida la yerba
por tamaña petición.
Se jugó más que un importe
por un perdón excesivo
por limpiarse fue abusivo
de San La Muerte y su cohorte
menos mal que el reflexivo
lo abandono por su norte.




No se puede convocar
lo grave por un antojo
ni por ceguera de un ojo
vale la pena implorar.
Uno debe demostrar
sin soberbia su osadía
ocultarse en la abadía
no conduce a señalar
los dramas y las tardías
memorias de su lugar.



Anastasio Godoy



Usted me pide paciencia
cierta dosis de contento
usted sugiere el intento
de mantener la conciencia.
Que el lugar vale la pena
por transito y por cañada
que veremos la manada
los premios y la condena
 no me sirve esta cruzada
de víspera y noche buena.


Será que estoy desganado
por absurdas coyunturas
abandoné las monturas
y me admito fatigado.
Si bien no perdí confianza
retomé mis prevenciones
la religión y los dones
armonizaron la fianza
sorprendí muchos clamores
protegidos por las lanzas.



Le contaré de una historia
que guarda su moraleja 
el relato se empareja
y refresca mi memoria.
Uno suele improvisar
aquello que lo condena
estrofas que el viento lleva
sin destino y por azar
sacralizando el altar
pulpería que exonera.


Viejo y Pobre


Tuvo que irse del partido
acarreando la traición
de un imberbe doctorcito
que alguna vez arrulló.
De potrillo jornaleaba
en la estancia del patrón
que resultó ser el padre
del devenido abogado
que abandonó sus estimas
por un precio bien pagado.


Los títulos poco saben
de jinetes y maneadas
las tardes de pesca lucen
escondidas o guardadas.
El muchacho se hizo probo
en asuntos de la ley
con enmarcado diploma
propuso fuerte distancia
no lo trató más de usted
demostrando su arrogancia.



Hay mortales que recuerdan
que es mejor no recordar
hay sujetos que prefieren
la soberbia, y olvidar.
Nada peor en la historia
que te lacere un afecto
que con cariño cuidaste
por sola retribución
de verle crecer contento
y ayudarlo en su misión.


El chimango soltó alas
llegando hasta la intendencia
y con nuevas relaciones
molestaba la decencia.
La vieja chacra cambió
por lujos y por mal gusto
rejas de fierro fundido
gris cemento y baldosines
tejas de florida estampa
adoquines y mastines.


Con un vetusto galpón
el viejo era convidado
lo tenía seco y limpio
era su casa de honrado.
Por los fondos de la chacra
realizaba sus labores
esas más que por usuales
nadie presta su atención 
y ante la mínima ausencia
viene el reto y la tensión.




La vergüenza del mocito
lo atavió de decisión
recomendándole al viejo
que se busque otra pensión.
Su fealdad incomodaba
a los nobles visitantes
no era cuestión de enlodar
las borrosas bacanales
atendiendo a la miseria
y demás temas banales.


Tuvo entonces que partir
para evitar incomodar
jurando pa ´sus adentros
no pararse y reaccionar.
Los días montaron meses
y con los meses los años
cirujeando entre cartones
sufriendo sequía y peste
mendigando en los boliches
sin un amigo que apueste.


Ante denuncias tilingas
esas que hablan de la imagen
el Intendente mocito
tomo cartas en el tema.
Quién de nato lo acunara
hoy deslucía el paisaje
la vejez y la pobreza
son males para esconder
y fue levantado enjuto
como lo marca el deber.




Los límites del partido
fue lo último que vio
llegó allí con custodia
y una firme condición:
“Mire amigo que la orden
el Intendente la dio
no me pise más el pueblo
usted ya no es requerido
sus saberes no interesan
ya no importan sus gemidos”.


Yo lo encontré en el camino
sendereando bajo el sol
le ofrecí vino y tabaco
con respeto agradeció.
Me relato sus tristezas
como quién cuenta un error
se le notaba el dolor
por la mal gracia vivida
y una lágrima viajaba
cuando recordaba su huida.


Lo poco que le quedó
lo halló en nuevas labores
me acompañó con saberes
que de mucho me sirvieron.
Pasaron casi dos años
hasta que decidió morir
él nunca pudo asumir
semejante imposición
la de un ingrato muchacho
sin memoria y sin razón.




Cuando paso por su Pago
jamás me olvido una flor
que dejo en su pobre tumba
olvidada y sin mención.
El Intendente mozuelo
está preso por malandra,
aunque ya nadie recuerda
la mayor de sus vilezas
suponer que uno trasciende
creyendo en falsas purezas.




Sargento



Entonces no me equivoco
cuando lo invito a fraguar
que es necesario pensar
y evitar volverse loco.
El Intendente costeó
la pagas de su maldad
con visa sin voluntad
sus gustos aderezó
barrotes de propiedad
el destino reservó.




Anastasio Godoy



A quién le puede valer
la justicia retrasada
el viejo yace en su fosa
nadie vela por su ser.
Al igual que la verdad
a destiempo no interesa
sólo provoca pereza
y un dejo de ingenuidad
lo divino no endereza
la cruz por necesidad.




No lo observo entretenido
con la suerte de su gente
el Juez aspira a Regente
y la dama lo ha elegido.
Su conformismo me turba
no lo percibo curtido
lo veo rendido, asumido
por el destino y su curva
la mujer y su marido
se revuelcan en su tumba.



San La Muerte



Atendí con reflexión
el diálogo y sus razones
celebro sus vibraciones
y el poder de la pasión.
Pero a veces es mejor
rendirse ante la cautela
esperar la buena estela
y armonizar el dolor
la luz tenue de una vela
intimida a su creador.


Aquí no existe sentencia
la eternidad no condena
acaso alivie una pena
argumentando clemencia.
No es bueno dejarse llevar
por mandatos terrenales
los pantanos y fangales
no son pautas para guiarse
el cosmos carece e´males
y aquello por qué jugarse.




El término de la gesta
siquiera se concibió
y menos aún comenzó
el camino que le resta.
El crepúsculo atesora
un novedoso amanecer
no es tentador padecer
la frescura de una mora
aguardar por el placer

no se lo apoda demora...






2- El Hombre 
se puso enteco






El hombre se puso enteco
cuando llegó la partida
no sabía si eran ciertos
los golpes que recibía.
Una causa ya pagada
era motivo de arresto
no entendía ese supuesto
y dichos que le decían
el hombre empuñó la faca
quebrándose su porfía.


Sostenía en su legajo
la sombra de una denuncia,
un puntero localista
lo acusaba de matrero.
El asunto era muy serio
el caudillo era bien visto
por el vulgo adormecido
que recibía prebenda,
nunca encontró testigos
que sustentaran su senda.


Quince meses dentre rejas
y la tapera saqueada
resultó la bienvenida
que su pago le brindó.
Pidió labor en Calzada,
en Parrondo y en Pujol,
nadie atendía los ruegos
que por hombre merecía
un par de manos dispuestas
y un cuerpo que carecía.




Sin tranco para perder
y desprovisto de prole
puso en el cinto sus cuitas
sus ausencias y el facón.
Se dijo pa´sus adentros:
aquel hombre sin opción
debe salir a buscar
una estrella que lo rija
aunque ese atajo lo lleve
tras la pérfida sortija.


Sus primeras felonías
se dieron en las misiones
de una yegua y de un dinero
sin testigos se apropió.
Natural le pareció
eso de entrar y servirse
hacerse con lo de ajeno
no mellaba en su conciencia
la vida esconde sigilos
que la alejan de la ciencia.


Cuando tuvo que matar
profesó de cara a cara
nunca sacudió primero
esperó siempre la estocada.
Sabía que estaba en falta
por culpa de la justicia
aún así su ley prefería
evitarse la amargura
de salpicar su camisa
con sangre de la ventura.




Varios años de actuación
le otorgaron simpatías
cierta fama de ocasión
y algún aura de Mesías.
La peonada rezaba
por su vida y por su suerte
esperaban que la muerte
no repare en su atención
el hombre se comportaba
otorgando donación.


De bandolero a cristiano
supo su traza pasar
era invitado a cenar
cuando caía de apuros.
Las mujeres lo celaban
por ser cacique robusto
las madres lo recibían
con argucia capital
cobijas pa´ el entenado
intimidad marital.


Jornaleros y mensuales
lo tenían entre lumbres
en las noches los rurales
lo ascendían a sus cumbres.
Sus aventuras cantaban
en rondas de vino y grapa
se pechaban por narrar
cada cual la más notable
el hombre y su caridad
la vida hacía rentable.




Su fama bien trascendió
los bordes de la campaña
el poder lo perseguía
con salvajismo y con saña.
Pagaba el pobre mensual
con golpizas sus silencios
los bienes y las mujeres
apresados, ley del llano
el cacique frenó su paso
notificando su arcano.


La cita fue en Ballesteros
quince leguas dentre vados
la partida se agrupó
con diez milicos cagados.
El hombre era conocido
por su bravura y su faca,
jabalí de las llanuras
a varios se cargaría
con la muerte como azar
la cuestión no seducía.


El zumbo ordenó la pira
y sitiar la madriguera
para que salte el esbirro
a los tumbos de su hoguera.
No hubo tiro que sonara
mientras el fuego cocía
ni señales del proscrito
ante la brasa encendida
corrió como la humareda
el terror de la partida.




De racia por las escorias
olor a carne tostada
un cadáver pestilente
yacía negro, quemaba.
Tosca de turba animada
magra tumba pa ´un nacido
en la siniestra la faca
daba cuenta que era zurdo
tal cual como se afirmaba
en los pagos del difunto.


Un pozo sin mucho esmero
por la tropa fue dragado
tiraron en el agujero
los restos del sentenciado.
Ni de su fosa fue dueño
fue ultrajado, fue mellado,
la partida festejaba
la muerte del desterrado
nunca sabrían que en breve
dormirían a su lado.


A poco que la ventura
dio cuenta de la masacre
un altar de invocaciones
se fue dando en el lugar.
El mensual lo visitaba
lo mismo que el jornalero,
el crotaje desahuciado
acercaba sus ofrendas
caminando o de a caballo
a patas o dentre riendas.




El hombre bien se portaba
con la siembra y con la siega
diluvio frecuente y suave
y solanas tras la riega.
La hacienda no escatimaba
el santo determinaba
que el pueblo tiene su tiempo
para amar y disfrutar
que nadie tiene derecho
por egoísmo amputar.


En menos de cinco abriles
de ara trepó a sagrario
de la partida incendiaria
ninguno quedaba en pie.
De aquel bastardo puntero
no se supo lo que fue
algunos sienten que el hombre
supo amar su escapatoria
y que sigue disfrutando
entre amantes de su gloria.








3- ENTRE POCILLOS





Café Tortoni – Avenida de Mayo y Piedras– Buenos Aires – Marzo 2008

Personajes:

Cronista
Lisandro De la Torre: Senado Nacional
Leandro N. Além: Caudillo Fundador de la UCR 
Juan B. Maciel: Caudillo Radical Dorreguense asesinado el 5 de Septiembre de 1937




Cronista:



En una mesa alejada
y fuera de todo lujo
Satán con azar produjo
la distinguida velada.
La vanidad, la celada
eran motivo de verba
la astucia de los infieles
la infamia y la alevosía
son arpegios y armonías
laberinto y felonía.


Pudieron bien evitarse
argumentando lectura
prefirieron sin premura
darse la mano, pensarse.
Someter la inteligencia
al épico recorrido
que marca ser requerido
a una verbena informal
cuidando que lo normal
guarde lógica y sentido.



Maciel:



Común denominador
esconden nuestros pecados
fuimos tres los ultrajados
por orden Conservador.
Más no nos faltó valor
ni nos intimidó la huesa
el poder sobre la mesa
impuso altivo su hedor
desde un viejo campanario
dispararon sin pudor.


En la plaza de mi pago
un dolmen luce presencia
de mi se exalta la ausencia
siendo tilingo el halago.
La apología no aclara
de traidores y venales
títulos han de sobrarles
si quisieran reseñar
se sabe que al evocar
hay silentes y cobardes.


Los célebres pabellones
escurrieron sus valores
sobrevivir sin dolores
afinaron sus pendones.
Prefirieron omitir
el convite recibido
el partido esclavizado
fingió y silenció mi reto
la precisa carabina
hizo blanco y fue decreto.


De momento y mi relato
descansan por un instante
un derrotero lindante
escoge atender un rato.
Estimo que debo ser
de lo más afortunado,
mi mano no me ha matado
ni me seduce la miel
el precio por lo pactado
se paga cuando se es fiel.



De la Torre



Acampe Maciel, le advierto,
no me tiente a sostener
la presencia de pecados
de villanos y de inciertos.
Mejor es aprovechar
este tiempo de descuento
y aportar por el momento
aquello por sopesar
proponiéndonos crear
a favor del pensamiento.


Estimo dejar de lado
por un rato nuestra suerte
fuimos sólo consecuencia
del equilibrio presente.
La infamia que por entonces
no pudimos derrotar
hoy está documentada
y citada por cronistas
la sangre y las cicatrices
son acordes de solistas.


Maciel



No puedo más Senador
que obligarme a su consejo
ante su impronta yo dejo
las cuestiones del dolor.
Maldecir lo sucedido
sería gastar chirolas
abaratando la instancia
de tan alta comitiva
será que Dios no ha podido
ayudarme con la herida.


Alem



Fundé un partido pensando
en valor y alta moral
civismo y jurisprudencia
fue consigna Radical.
Mi ciencia fue utilizada
para matar al obrero
perseguir al jornalero
tratándolo de malvado,
la Patagonia y Vasena
no son cuitas del pasado.


Nadie argumentó indecencia
por tamaña atrocidad
mi sobrino y su ruindad
ocultaron su existencia.
Cómo pudo su codicia
apostar por la carencia
avalando la malicia
y omitiendo la decencia
la historia bien lo indultó
brindándole su clemencia.


De la Torre



Más allá de su disgusto
quedan hombres de valor,
aquí tenemos un mártir
que cayó con pundonor.
Su partido supo armar
gente proba y de talento
sin afiliarme al intento
de sobarle es espinazo
le cuento que Juan Maciel
cumple reglas de pingazo.


Maciel



Le agradezco sus halagos
y tamaña redención
no busqué ser meritorio
de conceptos elevados.
Yo sólo seguí las pautas
que marcara nuestro líder
ética y conducta firme
para enfrentar al tirano
inteligencia y coraje
no siempre van de la mano.


De la Torre



Lo doliente, es que la horma,
del manual no forme parte
nadie sigue su estandarte
como buen sendero y norma.
Obsérvense mis legados
han quedado adormecidos
baratamente escondidos
por lucros y negociados
una muerte en el Senado
y traidores reciclados.


Demócrata y Progresista
llamaban a mi cuadrilla
era una torpe gavilla
con disfraz de reformista.
La sangre de Bordabehere
sirvió sólo de pretexto
para que Roca y su pacto
continúen con el trato,
el bloque de mi caterva
se retiró timorato.


Circulando los noventa
se aliaron a la inmundicia
brillantes en reeditar
sus afanes de codicia.
Menos mal que por entonces
el olvidar importaba
la evolución cercenaba
toda clase de reproche
la asociación ya no existe
fue enterrada aquella noche.


Confundido y obligado
decidí mi porvenir
supongo pude asumir
un derrotero agobiado.
El suicidio no es rentable
si es que vale mi opinión
no mejora el ascendente
ni prospera la versión,
me han tildado de cobarde
los ruines con intención.


Alem



Si me permite intentar
y meterme en el asunto
muchas veces me pregunto
qué quisimos demostrar.
Se debe tener en cuenta
el destino del mensaje
a dónde va la oración
y quién nos está indagando,
un auditorio oponente
negará estar escuchando.


Maciel



La sordera voluntaria
de quien no quiere escuchar
es sordera enmascarada
que prefiere usufructuar.
Esta suprema arrogancia
del soberbio intolerante
es vista con buen agrado
por el vulgo sometido
que se acoda en mostradores
bien mamados y curtidos.


De la Torre



Disculpe Don Juan Maciel,
sin ánimo de ofenderlo
sospecho guarda recelo
y cierta debilidad.
No está en mí subestimar
al pueblo y su reflexión
le pido fije su acción
en aquello trascendental:
Necesidades humanas
lo básico elemental.


No está mal el aspirar
a un mundo de entendimiento
invocar conocimiento
y crecer para anhelar.
Es justamente por eso
que nos debemos prudencia
y entender que es una ciencia
la razón particular,
por la vida y sus matices
no es pertinente juzgar.


Alem



Señores no cabe duda
la leyenda ha condenado
somos sólo un monolito
y un discurso desplumado.
Aspirar ser emulado
es cuestión de la inocencia
no encuentro ni una conciencia
que busque similitud
se persigue el dividendo
untando a la multitud.


Allá en el cuarenta y cinco
vi un albor en el camino
la bandada intelectual
no entendió su recorrido.
Las humildes mayorías
portaron protagonismo
dejaron de ser objeto
de oligarcas y hedonismo
la esperanza, y el fulano
moldearon al peronismo.


Algunos de nuestros hombres
abrevaron sus canteras
de Jauretche a Scalabrini
de Forja rompieron filas
aburridos de discursos
y ausencias de valentías.
Las traiciones no se olvidan
cuando de historia se habla
las razones y los hechos
valen más que mil palabras.


Maciel



De acuerdo a su parecer
los Nacionales de ayer
no debieron rechazar
el convite populista.
La propuesta peronista
hablaba de la inclusión
sostenía la ilusión
de miles de desplazados
usados por ese entonces
como leña pa´el asado.


Tengo alguna prevención
por su cosmética intrusa
a veces y con excusas
la libertad no es mención.
De todas formas le cuento
que comulgo sometido
al concepto de las clases
su combate y su intención.
Confieso no ser tilingo
ni medio pelo fisgón.


De la Torre



El hallarme en minoría
desafía el intelecto
no debo subestimar
el buen juicio y su concepto.
Es verdad que de elegir
mi marcada vocación
señalaría senderos
a favor de la Nación,
aunque a veces su perfume
huela a barata loción.



Del hombre no me agradó
su demagógica traza,
esa forma esa cadencia
y el manejo de las masas.
Sabido que es mal menor
ante tantas injusticias,
que por fin el jornalero
aguinaldo iba a gozar
vacación remunerada
y educación popular.


Obra social, sindicato
y un firme amparo legal,
la salud era privilegio
para su prole y su mal.
De todas formas yo dejo
 librado para el azar
esos modos que sirvieron
a los maulas del corriente
que utilizaron su suerte
para su sombra frenar.


Para colmo lo rodeó
cierta banda de ordinarios
que cumplieron sus horarios
y el poder escamoteó.
Le ratearon al obrero
aquellos bienes ganados
sus derechos impugnaron
y lastimaron su cuero,
hoy su nombre suena artero
por sus nobles entenados.


Alem



Si ansina fuera la cosa
y espero guarde licencia
no le quiero ni contar
lo que dejé como herencia.
Golpistas y estafadores
del vil cohecho profesores.
Prefiero dejar de lado
la crítica inconsistente
evaluando su gestión
con justicia omnipresente.


Ocultan a De La Rua
y la turba de su hogar
guardan bien enmascarado
al pituco de Alvear.
Los cívicos copulamos
más de una vez con el mal,
abandonamos a Illia
cuando no pudo enfrentar
al poder del enemigo
y su anhelo de lucrar.


Maciel



¡Pucha qué cinismo el viejo!
silencio, honestidad
demasiada felonía
para un mundo sin piedad.
Apuesto que su conjunto
tampoco lo valoró
que tarde le reservó
homenajes y respetos,
la duda y el desconcierto
invaden estos momentos.


De la Torre



Haragana y discursiva
sospecho a la democracia
la libertad, la desgracia
sopesan su ley nociva.
Razonan las mayorías
a fuerza de la prebenda
la justicia corre vendas
cuando debe decidir
perseguir a un jornalero
o detener a un visir.


Alem



De la Torre observo duda
y crítica del sistema
le comento en esta mesa
alguna visión absurda.
Se dice que es lo mejor
de lo peor que se conoce
pero nadie se descose
por ascender el tenor
la vagancia intelectual
rinde culto superior.


De la Torre



Nada podemos cambiar
y menos en nuestro estado
el morir equivocado
 es cuestión a razonar.
Tal vez el error partió
de suponer que el sentido
por común y prometido
conserva leyes de honor,
vaya entonces la ocasión
y asumir nuestro dolor.


Cronista


El mozo marcó la cuenta
y se dio por bien pagado
atender lo razonado
era motivo de renta.
La taberna es un lugar
de mágica geografía
fantasmas y celosías
velan prosas y talentos,
los próceres hilvanaron
el mejor de los momentos.





4 - Perdoname 
Buenos Aires





Es probable que no entiendas
esta falta de mención
rudo espanto, ingratitud,
con fragancia de maltrato
por quien gustó tu empedrado
y que ayunara con poetas
que a la barra de Caracas
algún suicida arrimó.


Mi fervor no es de Borges,
ni como El Mudo te extraño
y si el recuerdo corrompe
en esas noches de luna
prefiero ante los insomnios
terminar esa partida
que en las mesas de Boedo
algún milico abortó.


Duele mucho Buenos Aires
que no quiera recordarte,
alguna improvisación,
una doliente excusa
es que llevo en el baúl
las indeseables estrofas
que habitantes de tu vida
legaron a mi canción.




Perdoname Buenos Aires
que tus luces no me aclaren
mi pasado, tus espectros,
epitafios a imputar,
a la esquina de Medrano
vaya el perdón sin envidia
refugio, garita y trole,
doble mano con perfidia.


El Maracaibo, el Fernet,
las picadas con mi viejo
un eximio billarista
de tabaco y de bacán,
tablas y ceniceros
y un reservado exclusivo
que indicaba sin reparos
sólo de uso familiar.


El fútbol de entre veredas
y una pulpo que peligra
los garajes como arcos,
oblicuos de humanidad,
un grito marca cuidado
y un auto que se aproxima
nos impone tolerancia
por lo que pueda pasar.


El buzón de Potosí
la carta nunca enviada
y una primera derrota
de aquel amor que no fue,
suburbios de claraboya
y el reto de los vecinos
por cenizas de una noche
de fogata y de kermese.




Tus enigmas de vereda
no los gozo como prosa
tus marañas de odisea 
me suenan a dulce espera
de todas formas soporto
tu soberbia de alquitrán
que vive pidiendo auxilio
víctima del diván.


En la cara del ostento
el burgués y el soberano
en la ceca del mercado
el obrero despreciado,
vaya mi redención
al que en su ruina y su pus
llora desde los bajos
cuando Manzi lo hace luz.


Egoísmo en la vidrieras
promesas tras los cristales
lo que nunca será tuyo
te lo venden en postales,
cuánta verba de ocasión
cuánta reja parquizada
las murgas y los poetas
despiertan de madrugada.


Hay locos que nadie escucha
y cuerdos que vociferan
artistas de humilde gorra
y muros que nos enseñan
sobre luchas de vencidos
sobre muertos de percal
la ciudad se torna pobre
cuando el gorrón se hace cal.



Duele mucho Buenos Aires
que no pueda recordarte,
alguna improvisación,
una doliente disculpa
es que llevo en el baúl
las indeseables estrofas
que habitantes de tu vida
legaron a mi canción.



No hay comentarios:

Publicar un comentario