El escritor y su gato compartiendo soledades

El escritor y su gato compartiendo soledades
Los infiernos del escritor

jueves, 16 de junio de 2016

Reloaded - y algo para leer y tirar




No tengo grandes pretensiones, la ambición es algo que nunca he podido desarrollar, y ahora que soy viejo no me parece acorde laborar en ello. Sueño con que algún día, acaso dispersa, distraída, se acerque sorpresivamente y me abrace y se deje abrazar, y cuando el rito se separación se imponga por temporalidad dialogar con la mirada, y decirnos a los ojos y con los ojos todo aquello que no consta en los libros sapienciales debido a que no existe lenguaje para su descripción. Y que luego, igual de dispersa y distraída, me despida, pero solo hasta la próxima vez, para que este pequeño acto de amor se transforme en hábito, en palabra que no necesita contratos ni juristas, en melodía, en su canción, en mi poema… Cuando me refiero a guardarme por un tiempo hablo pura y exclusivamente de usted.
Porque al amor debo seguir tratándolo de usted. Fue un error de mi parte la osadía de tutearlo y confiar que por fin había logrado besarle la mano. Dejarlo descansar, acaso entender que amar bien también significa abdicar. Me resulta complicada la experiencia. Levantarse a las tres de la madrugada y no permitirle a Morfeo continuar con su rutina. Hay horas que delatan insolvencias. Pero debo continuar con mis otros incisos de la vida, debo seguir buscando almas sensibles y nobles, como la suya, intentar atraerlas y sentirme, aunque sea por un breve lapso de tiempo menos solo, tal vez un poco más querido, y eso solamente se logra cuando uno se pone a disposición de la alteridad. Juro que con usted lo intenté y puse el alma, lamento que no me haya alcanzado. Todo esto sabiendo que el inexorable después marcará tintas de abandono, porque así lo desea el Anfitrión. Por suerte no tengo los talentos poéticos ni la valentía de Luque y de Becerra de manera que nadie cuenta conmigo, ni las musas ni los espectros, para un épico sacrificio. Me desprecio por no haberla podido colmar, por no haber provocado su locura y que me sienta cerca, en su mundo íntimo, en sus doce acordes, en su mirada, en su cama y en su sudor de espectro homenaje.

... texto que no logró llegar a tiempo quedando afuera de Los Rincones del Anfitrión.. 

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